Chocolate para todos

Chocolate para todos

Si rastreamos los orígenes del chocolate, nuestra búsqueda nos traería a México inevitablemente, a la época prehispánica, donde los códices que cuentan la relación entre las semillas del cacao y los seres humanos surgieron. Aquel conocido entonces como “alimento de los dioses” se ha popularizado y ha encontrado un lugar preferente en el paladar de los mortales de todo el mundo. Es su sabor, habiendo sido preparado el cacao con azúcar, el que nos ha hecho reinventarlo de formas inimaginables, encontrando un lugar prestigiado dentro de la gastronomía. A continuación, explicaremos algunas de las presentaciones del chocolate así como sus usos.
Primero que nada, los chocolates aptos para la repostería son el negro superior, el amargo y con leche superior. Otros tipos de chocolates como el fondant, en polvo y de cobertura se usan para decorar y no es recomendable someterlos a cocción. El sabor de los chocolates varía según la cantidad de cacao que contengan. El chocolate amargo debe contener como un mínimo aceptable un 60% cacao, mientras que en el resto de sus presentaciones el porcentaje disminuye y es rebajado con otros componentes como leche, harinas, azúcar o sacarosa.
Además de sus cualidades culinarias, el cacao trae beneficios sumamente valiosos a nuestro organismo: previene enfermedades del corazón, disminuye el riesgo de accidente cerebro vascular, aumenta el colesterol bueno, mejora la visión, refuerza el estado de ánimo y previene cáncer. Es recomendable ingerir dosis moderadas para poder lograr estos efectos.

En Balcón del Zócalo, podrás degustar un postre con este ingrediente, el pastel de chocolate Amalia, encuéntralo en el #MenúdeOtoño
¡A disfrutar del chocolate!